Por Leandro Laserna Ex concejal de Acción Marplatense Ex secretario de Cultura.
Las campañas electorales tienen una finalidad importante: conocer las ideas, los proyectos, escuchar debates y conocer la personalidad de los candidatos.
Esos momentos previos a las elecciones son días de mucha presión para quienes se postulan y permiten a los vecinos saber cómo reaccionan los candidatos en situaciones de exigencia.
En las elecciones del 2015 el derecho de conocer a Arroyo les fue negado a los marplatenses y batanteneses. Quienes manejaban su campaña electoral, decidieron esconderlo.
Esta actitud, consistente en no permitir que participara en los debates, diera notas o acudiera a programas de radio o televisión, impidió a los vecinos conocerlo, dejando en el inconsciente colectivo la idea de un viejo director de escuela que podría solucionar los problemas de la ciudad.
Esta “avivada publicitaria” permitió que el verdadero Arroyo, escondido para la inmensa mayoría de los vecinos, resultara victorioso en las elecciones y se proclamara Intendente de Mar del Plata,una cuidad más grande que nueve provincias de la Argentina.
Ahora, ante cada traspié en la gestión y ante cada declaración disparatada, los vecinos van conociendo a un Intendente que, de no haber estado escondido, podrían haber descubierto antes de las elecciones.
Para que esto no vuelva a ocurrir es necesario fijar políticas de estado en materia de participación de los candidatos durante las campañas electorales, pero también es indispensable que tomemos conciencia que estas avivadas no son gratuitas: las paga Mar del Plata.
Asimismo, quienes llevaron adelante estas maniobras debieran hacerse cargo y asumir que tienen una responsabilidad con la sociedad. Ellos sabían como sería su candidato gobernando y, justamente por eso, nos lo ocultaron.